(Acompaño un buen resumen de la web de turismo del Gobierno de Navarra sobre los carnavales.)
Si quiere vivir unos Carnavales diferentes y todavía no conoce al bandido Miel Otxin o a los fieros “mamuxarros” que se esconden tras magníficas caretas construidas en hierro, no se pierda los rituales mágicos y los personajes que protagonizan las fiestas paganas de los pueblos del norte de Navarra. Aunque en varias localidades los Carnavales rurales se adelantan al mes de enero, la mayoría de los espectáculos tiene lugar en los tres días anteriores al Miércoles de Ceniza (6, 7 y 8 de marzo).
Los personajes más simbólicos de los Carnavales rurales de Navarra saldrán a las calles el primer fin de semana de marzo, pero también mandarán de avanzadilla a algunos de sus amigos. Es el caso de los “mozorros” de Arantza, jóvenes vestidos de blanco y con pañuelo que se colocan pompones o mechones de papel de colores en la espalda. Según manda la tradición, los “mozorro zuriak”, nombre con el que son conocidos, recorren los barrios y caseríos el jueves y viernes (17 y 18 de febrero) para realizar la cuestación con la que abastecer las reuniones gastronómicas del fin de semana.Una de las celebraciones más famosas es la que tiene lugar en Lantz, un pequeño municipio situado entre los valles de Anué y Ultzama. Declarados “Bien de Interés Cultural”, su máximo representante es el bandido Miel Otxin, un gigante de tres metros de altura vestido con vivos colores que es ejecutado y quemado en la hoguera el martes (8 de marzo). Los que asistan a este espectáculo deberán tener cuidado con los “txatxos”, figuras vestidas con llamativas ropas y con las caras cubiertas con telas y sacos, que increpan al público congregado con escobas y palos. También deberán escapar de los herreros, que atacan al público con sus tenazas.
En Altsasu/Alsasua el martes de Carnaval los “momotxorros”, unos personajes con trajes ensangrentados y cornamenta se dedican a atacar al público con sus “sardes” u horquillas. Van acompañados de brujas aulladoras,“Juantramposos” (fantasmas rellenos de hierba seca), “mascaritas” (envueltas en sobrecamas multicolores, zapatos viejos y el rostro cubierto de puntillas) y el macho cabrío. El recorrido del cortejo finaliza en la plaza Mayor, donde un baile pone el punto final al espectáculo.
La magia y el misterio rodean el Carnaval de Unanua. En esta pequeña localidad de Sakana, los protagonistas son los “mamuxarros”, jóvenes solteros ataviados con fantásticas caretas construidas en hierro que además portan largas varas con las que fustigan a cuantos encuentran a su paso. El cortejo, que sale el martes de Carnaval (8 de marzo) se completa con la figura de “mutua” (el mudo), una especie de chivato que va vestido de mujer y que avisa a los mamuxarros de hacia dónde huye el público.
Más tranquilos son los protagonistas de Goizueta. El martes de Carnaval, los carboneros o “zomorrok”, que llevan sobre sus espaldas un odre adornado con cencerros, y los “mozorrok”, que van vestidos de blanco, con faja, pañuelo y boina roja, se dan cita en el pueblo. Durante el recorrido, los carboneros tiznan de negro las caras de las mujeres al restregarlas con las suyas. Cada cierto tiempo, el cortejo se reúne y baila la “zagi-dantza” , un baile lleno de piruetas.
En Arizkun, el espectáculo comienza el martes por la mañana con una representación en la que los protagonistas son un oso (hartza), cubierto de pies a cabeza por pieles de carnero, sus cuidadores, viejas encorvadas, vecinos cubiertos con máscaras, fantasmas y una pareja de novios que simulan una boda. Ya por la tarde, tiene lugar la Sagar Dantza (la danza de la manzana), un bellísimo y lírico baile que se baila con mazanas en las manos y constituye un homenaje a la primavera.
Los que deseen aprovechar el fin de semana para vivir los Carnavales rurales pueden acercarse a Lesaka el domingo de Carnaval (6 de marzo) y descubrir los “zaku zaharrak”, grotescos personajes embutidos en tres sacos de tela rellenos de hierba seca, que se cubren la cara con un pañuelo y portan una pizontzia (vejiga) con la que atizan al público. Los zaku zaharrak desfilan en fila india al son de la música y acompañados de las mairus (mujeres que llevan un sombrero ancho y tiras multicolores) y los goitarrak (habitantes de los caseríos de las montañas).
También en fin de semana Bera ofrece un bonito espectáculo. Los protagonistas del desfile que se celebra el domingo y el lunes de Carnaval, el 6 y 7 de marzo, son los pastores y las nodrizas (chicos disfrazados de chicas). El cortejo se coloca en dos hileras y empieza a bailar. Durante la danza, las nodrizas lanzan a sus bebés (muñecos) al aire y los recuperan sanos y salvos. La comparsa va acompañada por el Rey Momo, un personaje vestido como un antiguo monarca que se traslada en carroza, el “alcalde”, el “juez”, el “cura”, y el “militar”.
Los Carnavales más urbanos
Otra opción igualmente atractiva es vivir los Carnavales urbanos. En Pamplona los Caldereros, tribus gitanas que anuncian la llegada de la fiesta, visitarán la capital navarra el 26 de febrero, y siete días más tarde les tomará el relevo María Trapo, un muñeco que representa a la malvada jefa de los francos que destruyeron el burgo de la Navarrería y que acabó quemada en su torre. El viernes 4 de marzo, tras la lectura del pregón, dará comienzo un fin de semana festivo que culminará el lunes con la quema de María Trapo en la plaza Santa Ana.
En el sur de Navarra, en Tudela, la fiesta gira en torno a los “cipoteros”, personajes con máscara y cabeza cubierta que arrojan caramelos. Acompañados de los capirotes, recorrerán las calles el viernes anterior al Miércoles de Ceniza (9 de marzo) y el martes de Carnaval (8 de marzo).
En Cintruénigo, los “zarramusqueros” tomarán las calles del pueblo las tardes del sábado y domingo de Carnaval (5 y 6 de marzo). Su misión es rociar con el agua con azulete que llevan en unas sulfatadoras a cuantos pillan por el camino.
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