Ha nevado y en abundancia. Los paisajes que nos rodean están espectaculares. Hace bastante frío y la nieve, además de no irse, se cubre como de una película de cristal que la hace brillante y refleja los colores pardos y tejas. Aquí todavía tenemos la suerte de vivir las estaciones. Aquí, todavía son verdad y es un privilegio poder vivir pegado a los ritmos y los tiempos que marca la naturaleza. Los árboles de nuestro jardín van perdiendo toda su hoja y por dentro su "sangre" cada vez corre con menos fuerza, hasta que ya no les llegue nada a esas ramas que en febrero ya secas, habrá que podar. Y así vivimos cerca de los ciclos vitales de la naturaleza que son también nuestros. Oímos decir que cada vez en más sitios ya no existe ni el otoño ni la primavera. Que solo tienen dos estaciones. Y nos asustamos. Es como si nuestra vida perdiera la adolescencia y la madurez y sólo tuviera juventud y vejed. Algunos de los que habían reservado han anulado por el "mal tiempo" pero otros se acercarán a disfrutar del sonido de pisar la nieve, de la vista de horizontes de azul y blanco, del tocar y sentir la nieve.....................
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