Después de cinco semanas de lluvia sin descanso, por fin, el cielo se abre y nos deja dedicarnos a las labores propias de la primavera. Preparar las macetas y jardineras, el jardín mismo, pintar, limpiar la piedra,.... Llevamos dos semanas intensas de trabajo. Para poder pintar los aleros fue necesario traer una grúa enorme, y como no había otra tuvimos que meterla en el jardín con el consiguiente destrozo. Ya hemos llenado el porche y jardín de hiedras, geraneos, hibiscus, lavandas, tomillos, begonias,.... La piedra roja del baztán, típica aquí para hacer aceras, etc también hay que lavarla cada cierto tiempo porque con la humedad genera un musgo un tanto resbaladizo. En fin, vivir las estaciones.
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