domingo, 8 de abril de 2012

Nuevo acceso al río Ugarana a su paso por el Hotel Irigoienea

    El movimiento del agua en los ríos y regatas, así como el movimiento de la llama en el fuego bajo son imágenes que enganchan a la vista y nos retienen atentos sin que sepamos muy bien porqué. Ambas observaciones además, nos aportan siempre una cierta sensación de tranquilidad.
    En el caso del agua de los ríos,  la sensación es mayor cuanto más cerca del cauce vivimos ese movimiento de corriente. En general suele ser bastante difícil poder acercarse a las orillas y al cauce.
    En el Hotel Rural Irigoienea tenemos la suerte de compartir nuestra vida con el cauce del río Ugarana que discurre por el límite de nuestro jardín. Nos separa un talud de unos diez metros que hemos querido salvar con la construcción de un camino con un pasamanos que haga accesible a todo el mundo vivir y sentir esa maravillosa sensación que antes describíamos. Ya en la orilla, al otro lado nos saluda un espectacular roble centenario.


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