El próximo lunes los compañeros de viaje en la Asociación de Hoteles Rurales de Navarra-Reckrea, tenemos un encuentro diferente. Esta vez no hay orden del día ni la razón es el trabajo en torno al Turismo. Imanol se jubila y nos invita a una pequeña fiesta de "despedida". El, Eli, Lorea y Haizea nos acogerán con esa hospitalidad tan especial y singular que sólo se dá en Donamariako Benta.
Hoy Donamariako Benta es un sitio reconocido, una de las referencias gastronómicas de la zona y sobre eso, poco se puede añadir. Tampoco sobre el excelente trabajo que desde el comienzo de la Asociación de Hoteles Rurales de Navarra ha realizado en su trayectoria. De todas maneras, todo esto y mucho más que se podría decir sobre el buenhacer de Donamaria no es lo que me trae aquí.
Es el recuerdo de una tarde de invierno de hace 17 años. Donamriako Benta había comenzado su andadura pocos años antes, y nostros estábamos con la inquietud de abrir nuestro hotel rural. Entonces era sólo la idea y la ilusión lo que teníamos en nuestra carpeta. Sin conocernos de nada, Imanol y Eli nos abrieron las puertas de su casa y en torno a un café nos contaron su experiencia, su proyecto, etc.
Hemos recordado muchas veces el valor de aquél encuentro. Para nostros mucho más valioso que el mejor de los planes de explotación o de viabilidad sobre lo que quería ser nuestro proyecto. Ellos nos hablaron de "otras cosas": De la experiencia vital que supuso abandonar un entorno familiar, de amigos, de trabajos convencionales, etc. De hacerlo con dos hijas pequeñas (como era nuestro caso), De lo iba a suponer vivir en "números rojos", de ser los únicos en creer en nuestro proyecto al principio y de ser firmes en nuestra apuesta, de.............
Un café impagable que nos preparó para la peripecia personal que supuso poner en marcha Irigoienea. Donamariako Benta sigue en las mejores manos con Lorea y Haizea, (también nos teneís que contar como habeís conseguido hacer tan bien eso tan difícil -imposible diría yo- del recambio generacional) y desde aquí, nos ha parecido que venía a cuento recordar aquél ejemplo de cercanía y generosidad.
Ahora que nos cuentan que vas más a pasear, decirte que en esta casa siempre te espera un "café" para poder seguir hablando de "otras cosas"..................
Un abrazo. José Miguel y Mila
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