Ya lo detectamos el año pasado, pero este año ha sido muy significativo. Me refiero al importante número de clientes del hotel, que han sufrido las consecuencias de un interminable viaje hasta el hotel mal guiados por el GPS del coche. En el peor de los casos (y también han sido bastantes los casos), se han perdido en el camino y nos llamaban completamente desorientados sin saber dónde estaban. Desconozco si la causa es la falta de actualización de los programas, o que éstos no funcionan bien por ser la situación del hotel límite con Francia, o por qué, pero la realidad es que muchos de nuestros clientes han hecho aquello "de Madrid a Pamplon con vuelta por León". El recorrido que les planteaba el GPS (y que muchos han seguido) es como una broma pesada. Además de proponer un intinerario ilógico, más largo, en muchas ocasiones les proponía para finalizar el trayecto, carreteras impracticables o caminos vecinales imposibles.
Se me ocurría la reflexión sobre el cambio producido en los hábitos de muchos. Hemos pasado de leer un mapa y con intuición y sin saber nada de cartagrafía, saber ir a un destino, por lejano que fuera, a ponernos en manos de un aparato y confiar la experiencia del viaje a una voz metálica que encima nos "la puede jugar".
Nuestras vacaciones no empiezan cuando llegamos a nuestro destino vacacional. El viaje es parte de las vacaciones y merece la pena vivirlo. Saber por dónde estamos pasando, qué pueblos, qué gentes, qué paisaje,............. y el gps nos hurta esa experiencia. Precisamente ahora tenemos herrmientas on-line que nos pueden proponer diferentes opciones de viaje en función de la rapidez, del número de kilómetros, etc, pero siempre para que perdamos dos minutos en analizarlas y valorar lo que queremos. En fin, como decía por el número tan significativo de casos me ha parecido oportuno dedicarle unas líneas.
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